
Es así que Lemuria nació de una de esas típicas hipótesis que suelen escapar a las reputaciones empíricas y que con cada conjetura nueva se va haciendo más fuerte la teoría o asi parecería. Geólogos del siglo XIX habían descubierto formaciones en esta parte del océano similares a las que existen en África y en la India. Después la difusión en estas áreas de lemúridos fue explicada por Neumayer y Haeckel sobre un continente perdido que había servido de puente entre India y África y lo llamaron Lemuria.
Hubo cierta información adicional que daba pie a estas hipótesis:
El "coronel" inglés James Churchward en 1868 descubrió en un templo-colegio en la India unas tablillas con inscripciones antiguas en bajo relieve. Se hizo asistente del Sumo Sacerdote para poder revisar los archivos secretos del templo donde se ocultaban las tablillas de arcilla, redactadas por los Naacales (Hermanos Santos), en la Madre Tierra desaparecida llamada Mu (La tierra de Mu también es conocida como Lemuria).
Las Tablillas contaban la génesis del mundo y la historia de la sumersión de Mu, doce mil años antes de nuestra era.
El pueblo de Mu llamábase Uighur y su capital se situaba en Asia. Su apogeo habría sido hace 75 mil años, pero el imperio se remontaría a 150 mil años y más. El coronel jamás brindó pruebas de la existencia de esas tablillas indostánicas.
En 1864, el abate Brasseur estaba intentando traducir un códice maya usando un “alfabeto” compilado por el conquistador Diego de Landa.
Ahora bien, la escritura maya era algo similar a la japonesa o la egipcia, ya que usaba ideogramas que también tenían valor fonético: por lo tanto carecía de alfabeto. Lo que el español había encontrado era un conjunto de símbolos que, leídos en voz alta, sonaban como las letras del alfabeto español.
Brasseur entendió que el códice narraba una catástrofe volcánica que había destruido un continente entero. Su nombre se expresaba en dos símbolos que correspondían a las letras “M” y “U”. Nacía Mu.
Otro investigador, el profesor Koslov, bajo las ruinas de Khara-Khota en el desierto de Gobi encontró un sarcófago que tenía los emblemas de Mu: una M, el Tau y un círculo atravesado verticalmente por un diámetro.
Con el pasar del tiempo la hipótesis se volvió simplemente superflua con la aparición de la teoría de la deriva continental. Todos los continentes habían estado unidos alguna vez en la llamada Pangea, y las migraciones de especies se habían producido antes de que el mar se ensanchara demasiado. Aunque al comienzo la teoría de Wegener fue menospreciada, más tarde acabó siendo estándar, y ha sido corroborada con mediciones satelitales. Asi fue como se descarto la idea de un continente perdidoy la explicación de las migraciones.
Pero el mito de Lemuria resistió, especialmente después que la teósofa Madame Blavatsky la incorporó a su Doctrina Secreta, en el marco de un reciclaje general de continentes perdidos. Allí también estaban la Atlántida, Hiperbórea en el Ártico y Mu en el Pacífico.
En cuanto a Hiperbórea, nunca llegó a tener demasiada popularidad, salvo entre los nazis, pero acabó siendo la patria de Conan, el forzudo personaje que encarna Schwarzenegger.
Los ariosofistas austríacos enseñaron, siguiendo a la teosofía, que la raza aria descendía de los atlantes. Los esoteristas nazis vacilaron entre Atlántida e Hiperbórea, hasta que la cuestión se Complicó con la propaganda bélica. Apareció entonces el británico Lewis Spence, quien sostuvo patrióticamente que los verdaderos descendientes de los atlantes no eran los alemanes sino los escoceses.
Otros hubo que buscaron a los atlantes entre los egipcios, los vascos, los canarios, los mayas o los polinesios. Todo esto sin llegar a la gran desprolijidad de libros como La Novena Profecía, cuyos personajes se lo pasan buscando ruinas secretas en Perú.
Y con respecto a las ruinas de Perú y la relación que se le da con Lemuria, Jose Luis Domenech (Investigador y experto del tema) escribió acerca de estos hechos unas líneas interesantes:
El tiempo inflexible llegara a explicarnos estas cuestiones. Y la conexión de Lemuria con leyendas que nos hablan de la existencia de míticos templos sagrados en tierras andinas se ha establecido. Sin embargo la abundante literatura fantástica que nos habla de tesoros escondidos en cordilleras como las de los Andes, fue popularizada por un explorador y escritor norteamericano llamado George Hunt Williamsom que era conocido como "El Hermano Felipe". Este nos habla en sus descripciones de una peculiar mujer que en su tiempo fue incluso tomada por bruja y que le explicó su contacto con Jesucristo en el lecho de la muerte, su posterior "milagrosa curación" a manos del hijo de Dios y su estancia en un Templo llamado "Monasterio de los Siete Rayos".
Y que en el pasó cinco años durante los cuales fue sometida a una intensa purificación y un exclusivo aprendizaje de la antigua sabiduría de los Lemurianos.
Sin embargo todo queda en literatura, aunque toda la historia es sencillamente inquietante y extraordinaria. La peculiar mujer se llamaba Thedra y ella si encontró como decíamos este monasterios que existiría en planos que se encuentran mas allá de nuestra dimensión.
Los "escritos" hablan que "...solo podrán llegar quienes se encuentren preparados espiritualmente para acceder a los ocultos conocimientos de Lemuria...". Según una Leyenda Peruana el recinto habría sido fundado por un gran sabio y maestro espiritual que procedería del sumergido continente de Lemuria.
Entrando ya en la Leyenda, Amaru Muru que así se llamaba el sabio, vivió en Lemuria desempeñando un papel de gran importancia en una hermandad que se denominaba "Hermandad Solar" o "Gran Fraternidad Blanca" que originariamente fue fundada presuntamente por maestros iluminados, también llamados "kamuras". Y después cuando Amaru Muru viajo a los Andes, llevó consigo los archivos y enseñanzas de la Hermandad. Y también un extraño y misterioso objeto denominado "El Disco Solar" que al parecer poseía poderes extraordinarios y alquímicos, y que había estado originariamente colgado en el Templo de la Luz Divina de Lemuria.
Una vez ya en Perú, este objeto fue escondido celosamente en "El Monasterio de los Siete Rayos" y posteriormente trasladado a Coricancha, el Templo Principal de los Incas en Cuzco, en donde permanecería hasta la invasión española. Y la leyenda añade que los sacerdotes para evitar que cayera en manos "no merecedoras y no deseadas" lo transportaron sigilosamente a algún lugar de los Andes, ¿quizás volvió al famoso Monasterio de los Siete Rayos?
Posteriores y paralelas leyendas narran que su último destino fue el "Lago Titicaca". Se asocia todo ello a las famosas "Serpientes de la Sabiduría" del que Mark Pinkham nos habla en su libro titulado "El regreso de las Serpientes de la sabiduría" que habla de unos curiosos y misteriosos textos antiguos que mencionan a unos maestros vinculados a la serpiente, aparecidos en unas extensas tierras situadas en lo que se viene a denominar "La Antigua Lemuria y la Atlántida”.
Según el libro las enseñanzas que esos maestros impartieron, al fundar nuevas civilizaciones, para salvar la "sabiduría esotérica" y las "ceremonias iniciáticas" fueron extraordinarias y su expansión se dirigió hacia China (Dragones), La India (Nagas), Egipto (Djedhi), Peru (Amarus), Mexico (Quetzalcoatls) y Gran Bretaña (Druid Adders). La enseñanza que impartían incluía técnicas para despertar la energía de la Serpiente Interna (la conocida como Kundalini) que era una fuerza dormida en la base de la columna de los seres humanos. Si se lograba despertar esa energía ascendía por la medula espinal del "buscador espiritual" y quedaba transformado en un ser iluminado.
Sin embargo todo quedó profunda y celosamente guardado merced al auge del Cristianismo, y "los serpientes" prefirieron replegarse en sociedades secretas como la masonería, los templarios y los rosacruces.
Según las profecías de estas tradiciones "El Mundo Libre" soñado por Los Serpientes estaría a punto de emerger. Y así en pocos años en un nuevo ciclo de tiempo conocido como "El Quinto Mundo", los reinos del amor y el mundo dominarían la tierra. En esta nueva era todas las naciones y las ideologías se unirían gracias a la fuerza del amor, y la batalla entre la ciencia y la religión finalizaría con la unión de ambas.
(Extracto incompleto sobre Lemuria por José Luis Domenech)
En cualquier caso aún quedan vestigios en todo el mundo sobre gente que no tiene ninguna relación más que sus tradiciones o conocimientos así como los Aymaras en Perú y Bolivia que comparten una memoria en común, incluso a esa distancia pueden hacer referencia a una tierra perdida y en la misma ubicación donde se supone estaría Lemuria.
La imagen fue encontrada en la red, tiene sus propios autores y dueños y solo se ah colocado como guia del tema que estamos tratando.
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