lunes, 20 de junio de 2011

Leyendas de Tabasco: Leyenda de Xtabay

Aquí un nuevo relato que pertenece a una de las tantas leyendas de Tabasco, estado Mexicano que aunque sin proponérselo o tal vez sí, nos da una moraleja conocida espero sea de su agrado.

Vivían en un pueblo dos mujeres, a una los vecinos apodaban Xkeban, es decir “pecadora”, y a la otra llamaban Utz-Colel, es decir, buena mujer. La Xkeban era muy hermosa, pero continuamente pecaba por amor y deseo. Por tanto, las gentes de moral recta e intachable la despreciaban y se alejaban de ella como cosa de peste. En más de una ocasión tuvieron la intención de lanzarla fuera del pueblo, pero al final prefirieron tenerla a la mano para despreciarla. La Utz-Colel era virtuosa, recta y austera, así como hermosa. Nunca había hecho un desliz de amor y recibía la estima de todo el vecindario.

No obstante sus pecados, Xkeban era muy compasiva y bondadosa ayudaba a los mendigos que se cruzaban con ella, cuidaba a los enfermos abandonados, salvaguardaba a los animales, era humilde de corazón y sufría resignada los insultos de la gente. Aunque físicamente virtuosa, Utz-Colel era rígida y dura de carácter, despreciaba a los humildes por considerarlos inferior a ella y los enfermos le causaban repugnancia.

Su vida era recta como un palo, pero su corazón era de serpiente. Un día, los vecinos no vieron salir de su casa a la Xkeban, pasó otro día y la misma cosa y otra y otra. Se pensó que Xkeban había muerto, en la soledad, con los animales cuidando su cuerpo, lamiendo sus manos y espantando a las moscas. El perfume que emanaba de su cuerpo se percibió por todo el pueblo. Cuando la noticia llegó a oídos de la Utz-Colel, se rió con desdén.

Es imposible que el cuerpo de una gran pecadora, libere este perfume, dijo. En lugar hederá a carne podrida. Pero curiosa como toda mujer quiso percatarse por sí misma sobre este rumor. Fue al lugar y sintió el aroma perfumado, dijo al fin con sarcasmo “Debe de ser cosa del diablo para engañar a los hombres”, y añadió “Si el cuerpo de esta mujer pecadora huele tan aromáticamente, mi cadáver olerá mejor en su momento”. Al entierro de la Xkeban sólo asistieron los humildes que había ayudado y los enfermos a quien había curado, pero por donde cruzó el cortejo quedo impregnado el perfume, al día siguiente amaneció la tumba cubierta de flores silvestres.

Poco después la Utz-Colel falleció, había muerto virgen y probablemente según la gente el cielo se abriría inmediatamente para recibir su alma. Pero ¡OH SORPRESA! contra lo que ella en su momento pensó al igual que todos, su cuerpo comenzó a desprender un hedor insoportable, como carne podrida de varios días. El vecindario lo atribuyó a malas artes del demonio, y acudieron a su entierro llevando ramos de flores para adornar su tumba, flores que en la madrugada desaparecieron, “malas artes del diablo" se dijo.

Siguió pasando el tiempo, y es sabido que después de la muerte de la Xkeban esta se convirtió en una flor de dulce, sencilla llamada Xtabentun simple y fragante. El jugo de esta flor embriaga dulcemente tal como embriago en vida el amor de Xkeban. En cambio, Utz-Colel después de su muerte se convirtió en la flor TZACAM, un cactus erizado de espinas del que brota una flor, hermosa pero sin perfume, en cambio tiene mal olor y al tocarla es fácil pincharse.

Convertida la mujer en la flor de TZACAM se puso a reflexionar, celosa en extremo de Xkeban y al final llegó a la conclusión de que probablemente debido a que sus pecados eran de amor, fue que todo lo bueno le sucedió después de muerta. Así es que decidió imitarla entregándose al amor. Sin darse cuenta de que si las cosas habían pasado así fue por la bondad del corazón de la Xkeban, quien dio amor por puro impulso natural y generoso. Acudieron entonces en su ayuda los malos espíritus, la Utz-Colel consiguió la gracia de regresar al mundo cada vez que quería, asi es que se convirtió de nuevo en una mujer para seducir a los hombres, pero con amor nefasto, porque la extrema dureza de su corazón no le permitía otro.

Bueno, se sabe que ella es la mujer Xtabay que emerge del TZACAM, la flor de cactus punzador y rígido, cuando ve a un hombre, vuelve a la vida y se coloca bajo la ceiba peinando su cabello largo con un pedazo de TZACAM con puntas erizadas. Sigue a los hombres hasta que los atrae, los seduce y finalmente los mata en el frenesí de un amor infernal.


Espero les haya gustado este relato, mas adelante incluiremos mas leyendas de Tabasco para poder apreciarlas y disfrutar el misterio que traen.



La imagen colocada fue encontrada en la red, tiene sus propios autores y dueños y fue incluida como guía del tema que se está tratando.
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1 comentarios:

Unknown dijo...

Yo recuerdo de una serpiente gigante que fue vista en la laguna "La Machona"