
Para los que desconocen o ignoran sobre este fenómeno, trata sobre la propiedad de una persona de incinerarse a si misma sin una fuente de ignición o ningún fuego cercano, quedando la persona en cenizas casi por completo sin embargo solo es afectado el espacio donde se hallaba la victima y nada inflamable del lugar del suceso sufría daño. Los casos están muy pobremente documentados pero existen en el mundo, pondremos aquí los que fueron en su momento los más importantes y que consta de la suficiente investigación de los hechos para creer en ellos.
Caso de combustión espontánea de Nicolle Millet
Hubieron otros casos antes a este pero el de Nicolle Millet fue la primera que fue atribuida con el término de combustión espontánea humana documentada en el año de 1725 publicado en el libro Incendiis Corporis Humani Spontaneis por Jonas Dupont. Al parecer la victima había sido hallada medio carbonizada sobre una silla que permaneció intacta, las investigaciones cayeron sobre su esposo que fue acusado de asesinato, pero en el juicio Nicholas Le Cat un joven cirujano que estudio el caso dictamino que la mujer había muerto a causa de una combustión espontanea. El jurado dictamino que el acusado era inocente y que la mujer murió por “la visitación de Dios”.
Caso de combustión espontanea de la Condesa de Cesena
Este fue un caso muy conocido el de Cornelia Zangari di Brandi, por haber sido mencionada en el libro de Charles Dickens. Tenia 62 años al momento de su muerte que fue antes de 1731 y cuyas cenizas fueron encontradas en su habitación por la servidumbre, todo fue reducido a cenizas con excepción de sus piernas y una parte de su cabeza, las investigaciones dictaminaron que durante la cena la condesa no se sentía bien, tenia pesadez y estaba “embotada”, al dia siguiente fueron a despertarla y encontraron la escena, había hollín en todos lados y un liquido extraño grasiento y mal oliente sobre la cama donde al parecer comenzó el fuego, sin embargo no había sido afectado por el fuego al igual que el resto de la escena. Las pesquisas también encontraron una lámpara de aceite en el suelo pero sin aceite y al parecer como estaban dobladas las sabanas se dictamino que la condesa se levanto en algún momento del hecho.
En el siglo XX hubieron otros casos mas actualizados y mejor investigados donde se hallaron restos incinerados de personas de los que inicialmente se pensó que eran producidas por la combustión espontanea, por que los hallazgos correspondían a la misma naturaleza de investigaciones anteriores, sin embargo el informe final concluyo en todos que fueron producidas por un efecto mecha o vela, iniciadas por elementos externos ya que en los últimos 2 casos fueron personas fumadoras y se encontraron restos de tabaco en la escena como el caso de Mary Reeser y el de John Irving Bentley a mediados del siglo XX.
Cabe mencionar que el primer caso reportado de combustión espontánea humana fue ubicado en el año 1673 en Paris Francia donde un alcohólico fue hallado carbonizado completamente sobre su cama de paja sin que esta haya sufrido ningún daño.
Un caso mas actualizado para los que aun no dan pie a creer en la combustión espontanea humana les pondré el caso de Michael Faherty de 76 años, ocurrido el 22 de diciembre del 2010, en Irlanda en Clareview Park, Ballybane, Galway que después de una exhaustiva investigación el deceso corresponde a la categoría de combustión espontanea por la que aparentemente no existe una explicación adecuada. Los expertos forenses encontraron el cuerpo cerca de la estufa sin encontrar ningún indicio de asesinato o suicidio ni que algún extrañó haya estado en el lugar, también quedo descartada la presencia de sustancias inflamables. En el lugar solo se encontró el cuerpo carbonizado y el techo quemado sobre el cadáver así como la base donde se encontraron las cenizas, el doctor McLoughlin después de consultar libros de textos médicos determino que el término de combustión espontanea era el argumento más adecuado para este caso.
Es extraño que el cuerpo pueda ser reducido a cenizas por estar compuesto en especial por agua y porqué para llegar a este punto debería estar a una temperatura de 1700º C y que incluso los crematorios que trabajan con temperaturas de 870 a 980º C, saben que los huesos no son consumidos por lo que deben ser posteriormente molidos. En todos los casos no han habido testigos oculares del suceso por lo que la falta de datos oscurecen las investigaciones, todos han sucedido en el interior de edificios y en casi todos ellos las quemaduras no se distribuyen uniformemente, en la mayoría las extremidades suelen estar intactas o poco quemadas al igual que el entorno; pero sobre todo ¿que tiene que ver ese extraño hollín grasiento y en algún caso azulado que suele cubrir el lugar del suceso?
Tenemos que mencionar que los escépticos tienen una base en que aferrarse para no creer en este fenómeno y es al que los especialistas del Instituto Criminalista de California llaman efecto vela o efecto mecha a este suceso. En una prueba que fue efectuada con un cerdo envuelto en una manta, se empapo un poco de gasolina en el y se prendió dejando que arda en una habitación simulada. Se anoto que la temperatura alcanzada llego a 800º C, pero que mientras la grasa del cuerpo se derretía esta empapaba la manta logrando que esta siga ardiendo y estuvo así por cerca de 7 horas logrando que la mayor parte del cuerpo haya terminado en cenizas. Esta prueba logro demostrar que puede ocurrir un accidente logrando que un fuego relativamente no muy caliente que arda por un tiempo extenso pueda lograr el daño que vemos en los decesos, sin afectar a los electrodomésticos adyacentes.
Los que creen en la combustión espontanea humana abrazan en su mayoría la idea de que la electricidad estática en optimas condiciones pueda ser la causante de la ignición, y que en niveles peligrosos pueda encender materiales inflamables en el cuerpo o el mismo cuerpo al fin.
Debemos mencionar que existen 2 menciones de gente que afirmaron en declaraciones escritas y firmadas que son afectados por la electricidad estática como el caso de Debbie Clark que en 1985 observo ráfagas de luz azul de su cuerpo y el caso de Susan Motteshead quien en 1980 sufrió una ignición espontanea en sus prendas de vestir según el testimonio de su hija. Ambos casos fueron publicados por John E. Heymer.
En ustedes queda el creer o seguir investigando estos extraños sucesos que son parte de nuestra historia y que la incredulidad de nosotros mismos lo ah catalogado como leyenda urbana a pesar de estar documentada en actas policiales y en los últimos casos han sido debidamente investigados.
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