
Terminada la hora del almuerzo en la escuela la maestra comunico
a los alumnos que se iba a hacer un simulacro de incendio general en la
escuela.
Cuando sonó la alarma los alumnos se reunieron en el patio,
era un día caluroso con un sol que quemaba la piel haciendo sudar a los
alumnos. La maestra se reunió con ellos y comenzó a llamarlos en la lista.
Todos decían “presente” al escuchar sus nombres, en una forma aburrida y
mecánica, sin embargo una alumna se percató que Carmen una compañera del salón
estaba parada junto a una alcantarilla sin tapa la que había estado así desde
hace semanas, dándose cuenta que faltaba aún para que llamaran a Carmen, esta
compañera pensó que sería gracioso que en el momento que llamaran a Carmen
todas corearan ¡Carmen está en la alcantarilla!, un momento único y del cual
todas reirían a carcajadas convirtiendo a Carmen en el hazme reír obviamente.
La oportunidad de volver ese momento aburrido en uno histórico era perfecto así
que en secreto les hizo saber a sus otras cuatro amigas sobre el plan, entonces
todas comenzaron a golpearse fingiendo torpeza para que al momento de que la
empujaran pareciera pura casualidad.
Carmen recibió el empujón y apenas se escuchó algo de queja
cuando cayó, el plan se llevó a cabo a la perfección y esperaron a que la
maestra llamara a Carmen. La maestra la llamo y las cinco chicas comenzaron a
gritar ¡Ella está en la alcantarilla! ¡Ella está en la alcantarilla!
Todo el salón rio a carcajadas, más cuando la maestra se
acercó a ver en la alcantarilla para después girar y mirar con un aire de
terror y una mueca desencajada a las alumnas, las risas comenzaron a
silenciarse. Tal parece que Carmen había caído de cabeza en el hueco y al
aterrizar su cabeza había soportado todo el peso quedando de lado en una posición
imposible, su rostro se había raspado contra las paredes de la alcantarilla y
este espectáculo se montaba sobre una mueca horrorosa como si hubiera tratado
de gritar y nunca tuvo el tiempo para hacerlo. La sangre se esparcía sobre el
excremento húmedo y hediondo del lugar y las cucarachas se paseaban en un nuevo
terreno que cayó del cielo.
Las cinco chicas que habían organizado sin proponérselo este
macabro espectáculo se asomaron y la que había ideado el plan no pudo contener
un llanto apagado, en silencio comenzaron a sentir lo que habían hecho pero ya
era tarde. La policía determino que Carmen se había roto el cuello y estaba
muerta, en la caída se golpeó el rostro contra las escaleras metálicas desfigurando
su rostro antes de tocar el piso de cemento.
En el interrogatorio de la policía las cinco chicas
declararon que fue un accidente, siendo ellas testigos de la caída, la policía les
creyó y el caso e Carmen Winstead se cerró… Pero la historia aún no había acabado.
Pasaron unos meses cuando los compañeros de la clase de Carmen
recibieron correos electrónicos donde decía “La empujaron” y hablaba que su
muerte no fue un accidente. Finalizaba con que los culpables debían asumir su
culpa y hacerse responsables del crimen pues habría consecuencias. Hubo
sentimientos encontrados por quienes tomaban esto como burla y por quienes creían
que había cierta verdad en el asunto.
Se supo después que la compañera de Carmen, la que había ideado
el plan para ridiculizarla y que salió mal, mientras se bañaba escucho una risa
que parecía provenir del interior de la ducha. Muy nerviosa esa noche se acostó
más temprano que de costumbre. Cinco horas después su madre escucho un portazo
en la entrada principal y al revisar vio que su hija no estaba en la habitación
ni en ningún lugar de la casa. Dio aviso a la policía pero los agentes dijeron
que una persona se considera desaparecida después de 48 horas pero que podían patrullar
la zona en busca de algún indicio ya que la madre estaba desconsolada.
Al llegar la mañana mientras el conserje del colegio
limpiaba las hojas secas, vio que la tapa de la alcantarilla que fue colocada después
del accidente trágico estaba a un lado de la alcantarilla. Intrigado se acercó
a ver el interior dándose con otro nuevo y escalofriante espectáculo, la chica
que había desaparecido horas antes se encontraba en el fondo de la alcantarilla
con el cuello roto y la cara raspada de la misma forma que paso con Carmen.
Los días pasaron y hubo otra desaparición y otra muerte en
el grupo de las que habían empujado a Carmen, el ayuntamiento mando a obreros a
soldar la tapa para que no pudiera abrirse sin embargo cuando la tercera niña murió
se constató que la tapa había sido arrancada por alguna fuerza sobrehumana. Se
puso un estado de alerta en las autoridades y la alcantarilla estuvo bajo
vigilancia las 24 horas del día considerando esta como zona de peligro por los
suicidas.
De nada valió esta medida de vigilancia, porque las últimas
dos chicas del grupo murieron de la misma manera pero en alcantarillas que
fueron abiertas cerca de su residencia. Así es como esas cinco chicas cayeron
de cabeza en alcantarillas destrozándose el rostro y rompiéndose el cuello en
el cemento, al parecer era como si el espíritu de Carmen aprovechara su
vulnerable estado de sueño para guiarlas como sonámbulas hacia la muerte de la
misma manera como ella había muerto.
Hubieron otros casos donde otros compañeros murieron de la
misma forma como si una conexión y un detonante ocurriera para que tuvieran tal
fin. Se rumoreaba que los que murieron después y no tenían que ver con las
cinco chicas iniciales habían leído el correo que les llego y tomándolo como
broma o asunto sin importancia no habían puesto atención al riesgo que esa
actitud les daba.
La imagen fue encontrada en la red, tiene sus propios
autores y/o dueños y solo se ha colocado como información y guía del tema que
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1 comentarios:
que miedo esa historia es 100 porciento real
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