
La gente de aquella tierra, hablaba a menudo del destino
fatal de un joven llamado Borno. Tan atractivo, que era conocido como el mimado
de los dioses.
Allí estaba Borno en
una cresta baja de la montaña desde donde se podía divisar el brillo del mar en
la distancia.
Entre un grupo de
viejos árboles, había un estanque centenario abastecido por un manantial que
afloraba entre las rocas.
Borno dejó beber al
asno, luego cogió las tinajas mientras el animal pastaba de aquí allá.
Pero no las llenó
enseguida, se sentó junto al estanque, disfrutando del aire fresco y escuchando
como las cigarras festejaban la belleza del medio día.
De pronto los lirios
se estremecieron, el agua se rizó y susurró al chocar contra las piedras. Entre
los nenúfares apareció una mujer infinitamente seductora; infinitamente
misteriosa.
Su piel era más
blanca que los pétalos de lirio, sus ojos eran verdes como las hojas. Una oscura
melena con tallos entrelazados, caía sobre sus hermosos hombros fundiéndose con
el agua.
Levantó una mano y
Borno se acercó a ella. Luego vaciló y retrocedió.
-No sois mortal,
doncella-dijo.
La muchacha sonrió
perezosamente y asintió con la cabeza, los ojos del muchacho se oscurecieron de
deseo inclinándose sobre el estanque.
Tan pronto como la
punta de sus dedos tocó el agua, la mujer le sujetó como si de un grillete se
tratara. Sus pequeñas y afiladas uñas se clavaron en su carne y Borno cayó inexorablemente
al agua, penetrando en el mundo sin aire que se ocultaba bajo la tierra, dónde
aún reinaban los espíritus acuáticos y los humanos no podían vivir.
O por lo menos eso es
lo que dijeron los compañeros de Borno. El asno había regresado hasta los
campos rebuznando lúgubremente.
Fueron al estanque, donde encontraron las tinas del agua en
el suelo, vacías. Le buscaron y le llamaron hasta el amanecer, pero fue en
vano.
Algo mágico flotaba
en el aire alrededor del estanque.
Más tarde, tras haber
dado por terminada la búsqueda, los irlandeses compusieron una melodía para
Borno, contando como fue raptado por la ninfa del estanque.
La cantaron durante
siglos mientras recolectaban el grano.
Las imágenes que se muestran fueron encontradas en la red,
tienen sus propios autores y/o dueños y solo se han colocado como información y
guía del tema que se esta tratando.
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