
Existe una
leyenda que nació en la época medieval dentro de este contexto mágico divino
entre los judíos europeos que remonta a uno de los guetos más antiguos del
viejo continente. En la antigua ciudad de Praga capital de Checoslovaquia, está
ubicado un gueto antiquísimo con más de ocho siglos conocido como Josefov o la
ciudad de José. En este lugar existen varias imágenes y memorias de personalidades
religiosas veneradas a través del paso
de los años siendo el más conocido el rabí Judah Loew ben Bezalel un santo judío
al que también se le conoció como el Maharal de Praga o “el maestro y rabí más
venerado”.
El Maharal vivió
de 1512 al 1609, siendo el rabí y maestro religioso del lugar, también era
astrologo, astrónomo, filósofo y observador de las ciencias naturales, aunque al
parecer también era conocedor de la magia y de la kabbalah, pues de todas las
historias la más conocida es la del Golem del rabí Loew.
Esos tiempos eran
difíciles para los judíos, pues aparte de cargar con los duros trabajos, los
problemas sociales y prejuicios de la gente cristiana. Siendo en algunos casos acusados
de secuestrar niños cristianos para celebrar el ritual de la sangre y sacrificarlos
para preparar el matzo o pan sin levadura, muchos años pasaron en que fueron
perseguidos y linchados muchos inocentes en la calle acusados de cualquier
accidente o asesinato que ocurría en la ciudad por culpa de gente que buscaba
venganza y un culpable.
El Maharal Loew
muy consciente de las represalias de la gente para con su pueblo, decidió
protegerlos y encontró la solución, muy acorde a esos tiempos difíciles uso magia,
comió de la fruta prohibida del árbol de la vida del kabbalah y de esta manera siguió
las extrañas enseñanzas del Sepher Yetzirah. Del rio Moldavka recogió barro y
moldeo un hombre al cual le infundio la chispa de la vida. De esta manera una
gran criatura animada fue traído a la vida con el propósito de ayudar al pueblo
judío del gueto, sea con el trabajo diario o como guardaespaldas protector de
las masas ignorantes cristianas que a veces buscaban abusar del pueblo judío.
Este Golem fue traído a la vida de esta manera y en la frente llevaba la
palabra EMET que significa “verdad” en hebreo.
Sin embargo ya
que estaba sujeto a las leyes talmúdicas hebreas, ya sea, limpiando, cargando,
trayendo, llevando, construyendo o llenando cubos de agua, durante el sabath el
rabí borraba la primera letra de la palabra EMET quedando MET que en hebreo
significa “muerte” y así el Golem quedaba inanimado, sin vida, “descansando”
todo el día.
Paso tiempo en
que el Golem creció y se volvió más poderoso siempre protegiendo al pueblo judío
de ataques antisemitas, pero según la leyenda un sábado el rabí se olvidó de
borrar el aleph de la frente del Golem, entonces al parecer este se volvió loco
y comenzó a atacar a la comunidad, destruyendo gran parte del gueto casa por
casa, las autoridades de la ciudad fueron en busca del rabino quienes le
prometieron que los ataques contra la comunidad judía acabarían si destruía al
Golem, el Maharal que recién había sido alertado fue en busca de su creación y
este ya había acabado con media ciudad, se apresuró el rabí y al parecer el
Golem solo obedecía al maestro ese día, a nadie más, así que fue sencillo borrar
la E en su frente, en ese momento el Golem cayó a tierra volviéndose arcilla dura
y árida muerta a vista de todos.
De esta forma el
rabí observando a los presentes asustados quiso darles una lección de lo
ocurrido y les dijo: “No olviden este evento. Que sea una lección para
todos ustedes. Aún el Golem más perfecto, cuya vida fue creada para protegernos
a nosotros, puede cambiar fácilmente a una fuerza destructiva. Por lo tanto
tratemos cuidadosamente aquello que es fuerte, de la misma manera que nos
postramos bondadosa y pacientemente a todo aquello que es débil. Todo tiene su
momento y su lugar.”
Aquí no termina
la historia pues aun en nuestros días en el barrio de Josefov en Praga existe
una antigua sinagoga en la calle Maiselova y es ahí de acuerdo con la leyenda, donde
fueron guardados los restos del Golem de Praga en un ataúd en el ático del
Altneuschu (la vieja nueva escuela), resguardado tras una puerta sellada para
evitar que pudiera volver a la vida por error causando destrucción si no es
controlado pero que si es necesario puede ser devuelto a la vida.
Las imágenes fueron
encontradas en la red, tienen sus propios autores y/o dueños, solo se han
colocado como información y guía del tema que estamos tratando.
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