El barranco de Badajoz se encuentra en la isla de Tenerife,
arrastra varias leyendas desde hace siglos que han sufrido transformación con
el paso del tiempo ya que era transmitida oralmente, una de estas leyendas es “la
niña de las peras” ubicando los hechos que les contaremos entre 1890 y 1910 la
cual presentamos a continuación.
En el Barranco de Badajoz crecían varios árboles frutales, razón
por la cual unos padres mandaron a su
hija para que aprovechara las peras maduras para llevarlas a casa. Sin embargo
en ese momento fue la última vez que vieron a su hija.
Se cuenta que la zona fue revisada en su totalidad y los
vecinos rastrearon todo el lugar pero solo pudieron confirmar que los rastros más
recientes de la niña era hacia el barranco de Badajoz. A raíz de esto muchas hipótesis
aparecieron sobre lo que pudo pasar a la niña sin embargo todo eran especulaciones
lo cierto es que simplemente la niña desapareció sin dejar rastro.
Décadas después de lo ocurrido alguien llamo a la puerta de
la casa de los padres de la niña, los señores que estuvieron tristes muchos
años por la niña desaparecida ya se habían resignado hace mucho tiempo sobre lo
ocurrido sin embargo cual seria su sorpresa al abrir la puerta y ver que su
hija se encontraba ahí de pie como si nada hubiera ocurrido pero asombrada de
los cambios que había ocurrido en el pueblo con el paso del tiempo, la sorpresa
iba en aumentado al darse cuenta después de la primera impresión que los años
no habían pasado en su hija, pues estaba igual que la última vez que la vieron
e incluso vestía igual.
Lo que la niña contó después los dejo atónitos, pues la niña
después de salir de casa fue al barranco en busca de las frutas que sus padres
le habían encargado, al parecer las mejores peras estaban en las partes más difíciles
por lo cual la niña hizo un esfuerzo extra, al terminar descansando un momento
en la base del peral quedando dormida.
No sabe cuánto tiempo estuvo durmiendo pero alguien la llamo
y ella abrió los ojos somnolienta, y vio frente a ella a un ser muy alto
vestido de blanco que la observaba con gesto amable por lo que ella no tuvo
miedo. Esta criatura la invito a seguirlo al interior de una cueva en donde habían
unas escaleras que descendían a la oscuridad, pero la niña lejos de quedar en
la penumbra contó que poco a poco todo se iluminaba y que al término de las
escaleras se encontraba en un jardín donde otros seres parecidos a su guía los
observaban y también vestían de blanco.
Los seres buscaron conversación con ella por lo cual estuvo
algunos minutos charlando de diferentes cosas hasta que al fin su acompañante
le dijo que la llevaría a la salida dela cueva. La niña se despidió del grupo y
luego de su guía quedando al final en el barranco de Badajoz.
Cuando le preguntaron cuanto tiempo calculaba que había pasado
todo esto ella respondió que solo habían sido unas horas.
Las imágenes que se muestran fueron encontradas en la red,
tienen sus propios autores y/o dueños solo se han colocado como información y guía
del tema que estamos tratando.
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