Esta leyenda urbana apareció en el 2010 en diferentes foros
donde se publicó como en un experimento para hacer soldados que siempre estén alertas,
se salió fuera de control creando seres de pesadilla. Con ustedes la historia
traducida de esta leyenda urbana.
Investigadores Rusos a finales de los 40´s mantuvieron a 5
personas despiertas por 15 días utilizando un estimulante basado en gas. Los
tuvieron encerrados en un ambiente sellado para monitorear cuidadosamente el
uso de oxígeno, para que el gas no los matase, debido a las altas
concentraciones de gas. Esto fue antes de que existiera el circuito cerrado,
por lo que tuvieron que usar micrófonos y ventanas con grosor de 5 pulgadas
para monitorearlos. El cuarto estaba lleno de libros, cobijas para dormir -pero
ninguna cama-, agua corriente, baño y la suficiente cantidad de comida para que
los 5 sobrevivieran por un mes.
Los sujetos de prueba eran prisioneros políticos y de guerra
declarados enemigos del estado durante la segunda guerra mundial.
Todo estuvo bien por los primeros 5 días; Los sujetos rara
vez se quejaban después de que (falsamente) se les había prometido su libertad
si aceptaban tomar parte de la prueba y no dormir por 30 días. Sus
conversaciones y actividades fueron monitoreadas y los científicos notaron que
conforme pasaba el tiempo, ellos hablaban sobre incidentes traumáticos de su
pasado.
Después de 5 días se empezaron a quejar de las
circunstancias y eventos que los llevaron a donde estaban y empezaron a
demostrar paranoia severa. Dejaron de hablar entre ellos, y comenzaron a
murmurar de manera alterna en los micrófonos. De manera extraña, todos parecían
creer que podían ganar la confianza de sus captores si traicionaban a sus
camaradas. En un principio se creyó que esto era un efecto del gas.
Después de 9 días, el primero de ellos empezó a gritar.
Corría por todo el cuarto gritando repetidamente por 3 horas seguidas. Después,
trato de continuar gritando, pero solo podía dar un grito ocasional. Los
científicos postularon que físicamente se había destrozado las cuerdas vocales.
La parte más sorprendente de este comportamiento fue como sus compañeros
reaccionaron a esto. O mejor dicho, como no reaccionaron… Continuaban
murmurando en los micrófonos hasta que el segundo de los prisioneros comenzó a
gritar. Dos de los prisioneros que no gritaban, tomaron los libros y llenaron página
tras página de sus propias heces, y de manera calmada, los pusieron sobre las
ventanas del cuarto. Los gritos cesaron de repente, al igual que los murmullos
de los micrófonos.
Pasaron otros 3 días. Los investigadores checaban los
micrófonos constantemente para asegurarse de que trabajaban, porque creían que
era imposible no escuchar sonidos con 5 personas dentro. El consumo de oxigeno
indicaba que los 5 debían seguir vivos. De hecho, el consumo de oxigeno era el
necesario para 5 personas que hacían ejercicio extenuante. En la mañana del
catorceavo DIA, los investigadores hicieron algo que no debían hacer, para
llamar la atención de los prisioneros: Utilizaron el Intercomunicador dentro
del cuarto, esperando provocar respuestas de los prisioneros, pues temían que
estuviesen muertos, o en estado vegetal.
Anunciaron: “Abriremos el cuarto para probar los micrófonos.
Aléjense de las puertas y acuéstense con las manos atrás en el piso o se les
disparara. Se le otorgara la libertad a uno de ustedes si obedecen”.
Para su sorpresa, escucharon solo una frase, con voz
calmada: “No queremos ser liberados”.
Hubo gran debate entre los investigadores y fuerzas
militares que financiaban el proyecto; sin poder provocar más respuestas
utilizando el Intercomunicador, finalmente se decidió abrir el cuarto a la
media noche del DIA número 15.
Se limpió el gas del cuarto, y se llenó de aire fresco.
Inmediatamente, voces de los micrófonos, empezaron a objetar. 3 Voces
diferentes rogaban por la vida de sus seres queridos, que encendieran el gas
nuevamente. Se abrió el cuarto para sacar a los prisioneros. Gritaron más
fuerte que nunca, al igual que los soldados, cuando vieron lo que había dentro:
Cuatro de los sujetos seguían “vivos”.
Las raciones de los pasados 5 días no habían sido tocadas. Había
pedazos de carne de las costillas y pantorrillas del sujeto muerto colocados
dentro del drenaje del centro del cuarto bloqueándolo, permitiendo que 4
pulgadas de agua se acumulara en el piso. Los cuatro “Sobrevivientes” también
tenían pedazos de piel y carne arrancada de sus cuerpos. La destrucción de
tejidos y la exposición de husos en la punta de sus dedos indicaban que las heridas
fueron infligidas por las manos, y no con los dientes, como era de suponerse.
Al examinarlos, se descubrió que la mayoría de las heridas fueron auto
infligidas en su mayoría.
Los órganos detrás de las costillas fueron removidos;
Mientras que el corazón, los pulmones y el diafragma seguían en su lugar, la
piel y la mayoría de los músculos pegados a las costillas fueron arrancadas,
exponiendo a los pulmones. El tracto digestivo de los cuatro sujetos podía
verse trabajar, digiriendo comida. Rápidamente se hizo aparente estaban
digiriendo su propia carne, y que ellos la arrancaron y se la comieron en el
transcurso de los días.
La mayoría de los soldados eran fuerzas especiales Rusas en
las instalaciones, pero aun axial, muchos se negaron a regresar al cuarto para
sacar a los prisioneros. Estos sin embargo, insistían a gritos que los dejaran
dentro y de manera alterna rogaron y demandaron que se encendiera el gas nuevamente,
para evitar quedarse dormidos.
Para sorpresa de todos, los sujetos, pusieron una
resistencia feroz durante la extracción. Un soldado Ruso falleció cuando un
sujeto le mordió el cuello, otro fue gravemente herido cuando otro de los
prisioneros le mordió la arteria femoral y los testículos. Otros 5 soldados
perdieron la vida, si cuentas a aquellos que se quitaron la vida en las semanas
consecuentes al incidente.
Durante la lucha, uno de los prisioneros daño su bazo,
sangrando de manera casi inmediata. Se intentó sedar al sujeto, pero fue
imposible. Se le inyecto más de 10 veces de la dosis humana de Morfina, y aun
axial lucho como un animal rodeado, rompiendo las costillas y un brazo de un
doctor. Se veía latir su corazón al máximo por dos minutos completos, mientras
se desangraba, y continuo gritando por más de 3 minutos, atacando a quien se le
acercar, repitiendo la palabra “Mas” una y otra vez, cada vez más débil, hasta
que cayó en silencio.
Los otros 3 sobrevivientes, fueron inmovilizados fuertemente
y llevados hacia instalaciones médicas. Dos de ellos, con cuerdas vocales
intactas, demandaban continuamente más gas para permanecer despiertos.
El más herido de los tres, fue llevado al único cuarto de
cirugía que había en las instalaciones. En el proceso de su preparación para
colocar nuevamente sus órganos en su lugar, se notó que el sujeto era
totalmente inmune a los sedantes. Peleo furiosamente cuando el gas anestésico
se le estaba colocando. Se necesitó un poco más de anestesia de la normal para
sedarlo, pero al momento que sus ojos se cerraron, su corazón se detuvo. En la
autopsia, se encontró que en su sangre, había 3 veces la cantidad normal de oxígeno.
También se rompió 9 huesos en la lucha para no ser controlado.
El segundo sobreviviente, era el que primero grito del
grupo. Con sus cuerdas vocales destruidas, el no pudo objetar la cirugía, y
solo reaccionaba agitando violentamente la cabeza en desacuerdo cuando se le
administraba el gas anestésico. Afirmo violentamente con la cabeza cuando
alguien sugirió en hacer la cirugía sin anestesia, y no reacciono durante la
misma, que duro 6 horas, en la cual se intentó reemplazar sus órganos
abdominales y cubrirlo con lo que quedaba de su piel. El cirujano afirmo que
era médicamente que el sujeto siguiera con vida. Una enfermera aterrada que
ayudo en la cirugía, comento que la boca del paciente formaba una sonrisa cada
vez que sus ojos se encontraban.
Cuando la cirugía termino, el sujeto miro al cirujano y
empezó a hacer sonidos fuertemente, como tratando de hablar. Asumiendo que esto
era de gran importancia, el cirujano le entrego un papel y una pluma, para que
el paciente pudiera comunicarse. “Sigue cortando” escribió…
Se le hizo la misma cirugía sin anestesia a los otros dos
sujetos. Se les tuvo que inyectar un paralítico, pues ellos reían
constantemente, y le era imposible realizar la operación axial al cirujano. Una
vez paralizados, solo podían interactuar con sus ojos. En el momento en que
pudieron hablar nuevamente, exigieron una vez más el gas estimulante. Los
investigadores trataron de averiguar porque se lastimaron de esa forma axial
mismos, y porque querían el gas nuevamente.
La única respuesta fue: “Debo permanecer despierto”.
Se reforzaron a los 3 sujetos y los devolvieron al cuarto,
para espera de su destino. Los investigadores, enfrentando la furia de sus
“benefactores” militares, por haber fallado las metas del proyecto,
consideraron dar eutanasia a los prisioneros. El comándate, un ex KGB vio
potencial en el proyecto, y en su lugar decidió ver qué pasaría si ponían el
gas nuevamente. Los científicos se negaron rotundamente, pero al final,
tuvieron que aceptar.
En preparación para ser sellados nuevamente en el cuarto,
los prisioneros, fueron conectados a un monitor EEG. Para sorpresa de todos,
los tres dejaron de pelear en el momento que se dieron cuenta que los
regresarían al gas. En este momento, era obvio que los tres estaban haciendo un
gran esfuerzo por mantenerse despiertos. Uno de los prisioneros, estaba
murmurando una canción; El sujeto mudo, peleaba con sus ataduras de piel, como
si tratara de enfocarse con algo. El ultimo sujeto, mantenía su cabeza en la
almohada, y parpadeaba rápidamente. Siendo este, el primero al que se le puso
el EEG, la mayoría de los investigadores monitoreaban sus ondas cerebrales con
sorpresa. Eran normales la mayor parte del tiempo, algunas veces, aparecía una
línea recta de manera inexplicable. Parecía que repetidamente sufrían de muerte
cerebral. Mientras analizaban los datos, una enfermera noto que los ojos del
sujeto se cerraron. Sus ondas cerebrales cambiaron inmediatamente por las de
sueño profundo, luego se pusieron rectas, y de manera simultánea, su corazón se
detuvo.
El único sujeto que quedaba que podía hablar comenzó a
gritar para que lo encerraran en ese momento. Sus ondas cerebrales mostraba las
líneas rectas del sujeto que acababa de morir por quedarse dormido. El
comandante dio la orden de sellar el cuarto con los dos prisioneros dentro,
junto con 3 de los científicos. Uno de los 3, inmediatamente tomo un arma y
abrió fuego contra el comandante, matándolo de un tiro entre los ojos. Después
apunto al prisionero mudo, y le voló el cerebro.
Apunto al prisionero que quedaba vivo, mientras que los
demás investigadores escaparon del cuarto. “¡No me encerraran con estas cosas! ¡No
contigo!”, le gritaba al prisionero que estaba atado al camastro. “¡¿QUE
ERES?!” Demando. “¡Necesito saber”!”
El prisionero sonrío.
“¿Tan fácilmente te has olvidado de mí?”, el prisionero
pregunto. “Somos ustedes”. “Somos la locura que está encerrada en todos
ustedes, rogando por libertad en cada momento de tu vida, desde lo más profundo
de tu mente animal. Somos aquello de lo que te escondes en tu cama todas las
noches. Somos lo que duermes y silencias y paralizas cuando te vas a tu cielo
nocturno, donde no te podemos alcanzar”.
El investigador hizo una pausa. Apunto al corazón del
prisionero y disparo.
El EEG mostró una línea recta mientras el sujeto débilmente
murmuro “Casi… tan… libre".
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