
En las investigaciones se determinó que Antonio Soria de 31
años hacía su ruta por la misma zona de siempre pero en esta oportunidad cuando
estaba cerca al cementerio “Quistococha”, una mujer que se encontraba a un lado
de la pista detiene el mototaxi que el joven conducía, sube y en el camino y
tras una conversación ligera al parecer se entendieron para ir juntos a un
hospedaje y pasar un momento íntimo y fugaz.
Los testigos, entre ellos la administradora del hospedaje
contó a los investigadores que la pareja ingreso alrededor de la medianoche y permaneció
en el hotel por espacio de dos horas, incluso se determinó que casi todo su
ingreso diario del mototaxista fue gastado ese día. También se determinó que la
mujer que acompaño al ahora fallecido Antonio Soria se llama Azucena, lo
curioso es que la persona que los atendió refirió que la mujer llevaba un olor
muy cargado a flores nocturnas como si fueran jazmines.
Al salir del hospedaje la mujer le pidió al mototaxista que
la deje en el mismo lugar donde la recogió. El hombre de muy buena gana hizo lo
que le pidió la mujer, sin embargo lo que vino luego fue lo que desencadeno el
deceso del joven mototaxista pues comenzó a convulsionar al ver cómo la mujer
traspasó el umbral de púas que rodeaba el cementerio volviéndose etérea para
eso. Al parecer ese momento fue demasiado para joven conductor el cual quedó en
shock y cayó al piso botando espuma por la boca.
No se sabe con exactitud cuánto tiempo paso hasta que los vecinos
de la zona lo encontraron en un lamentable estado y fueron sus familiares
quienes lo llevaron hasta la zona de Nauta para que fuera sometido a sesiones
de espiritismo, sin embargo de nada valió pues lamentablemente falleció unos
dias después.
Todo lo que aquí se cuenta fue lo que contó el conductor
antes de fallecer a su familia mientras era trasladado a que lo atendieran, los
vecinos testigos de este fatal hecho cuenta que tienen que atravesar el
cementerio desde la carretera para poder ir a sus viviendas ubicadas al otro
lado, también dicen que muchos de ellos han logrado ver a azucena entre los árboles
que están al interior del cementerio, su silueta a la lejanía caminando entre
las tumbas a esperas tal vez de un nuevo encuentro mortal con alguien que le
haga olvidar el triste frío de la muerte.
Las imágenes que se muestran fueron encontrados en la red,
tienen sus propios autores y/o dueños solo se han colocado como información y guía
del tema que estamos tocando.
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