jueves, 25 de febrero de 2016

La Leyenda de Verónica

Esta es una versión europea y latinoamericana de la leyenda de Bloody Mary. Verónica es una de las leyendas más comentadas existiendo variadas versiones de la historia. La leyenda de Verónica, se remonta a muchos años atrás y de hecho es una historia que se ha transmitido de relato en relato.



 Suele ser invocada ante un espejo para que revele el futuro o para ser consultado sobre el primer amor o la muerte. Para que aparezca el fantasma se debe pronunciar su nombre tres veces ante el espejo, aunque algunos aseguran que deben ser nueve las veces que se pronuncie el nombre.

Una vez realizado el llamado, Verónica se presenta y puede tener connotaciones tanto positivas como negativas, dependiendo de las variaciones históricas de la leyenda. Se desconoce los orígenes de esta popular figura del folclore esotérico, no obstante es frecuente en casi todas las culturas occidentales la creencia de que las almas se manifiestan a través de los espejos.

La versión más popular describe a Verónica como una joven que murió en su adolescencia, enterrada viva tras una larga enfermedad. Despertó  en el interior de un féretro, y por la desesperación se clavó la aguja de un broche en el pecho. Tras su muerte su espíritu quedó vagando en pena en el mundo de los vivos sin alcanzar el descanso.

Según otras versiones, Verónica fue una adolescente vanidosa, víctima de una mala broma. Una amiga le hizo llegar una falsa propuesta de matrimonio de un hombre rico y acomodado económica y socialmente. Al descubrir la broma, Verónica no pudo soportar la vergüenza pública y se suicidó cortándose las venas con un cuchillo mirando el espejo.

Otra versión cuenta que Verónica antes de convertirse en fantasma, fue  una joven de 14 años la cuál se encontraba haciendo espiritismo en una casa abandonada y de repente no quiso seguir las reglas de los fantasmas, burlándose durante toda la invocación.

De repente, una silla que había en la habitación se movió violentamente y la golpeó mortalmente en la cabeza, se dice que los espíritus se vengaron ya que fue condenada por toda la eternidad, y es ella quien ahora castiga a todos los que no saben respetar el más allá.



Históricamente, el ritual para llamarla solía ser practicado por jóvenes  adolescentes que pretendían ver la cara de su futuro marido. Subían las escaleras de espaldas sosteniendo una vela con un espejo en la mano en una casa a oscuras y supuestamente en el espejo se reflejaba la identidad del que iba a ser su esposo, mientras el fantasma de Verónica esperaba en la oscuridad. Aunque también era posible que en lugar de ver un rostro masculino vieran una calavera, el reflejo de la misma muerte o la imagen de Verónica, lo que indicaba que morirían antes de contraer matrimonio.

A Verónica suele describirse con una apariencia como de una bruja, un fantasma o el cadáver de una joven adolescente, a veces cubierto de sangre. La tradición del ritual establece que si Verónica es invocada correctamente (utilizando una biblia, un arma blanca en recuerdo de la muerte de Verónica y encendiendo tres velas), puede maldecir, comunicar una muerte próxima o matar a sus víctimas, animando al objeto punzante que se utiliza para que acuda, clavándoselo en el cuello o en el pecho. También hay versiones que dicen que posee a quienes la llaman y que bebe de su sangre. Lo usual suele ser el invocarla por grupos en rituales adivinatorios o durante sesiones de ouija.

Se piensa que la más favorable época del año para este tipo de actividades esotéricas para conjurar a Verónica suele ser durante la noche del solsticio de verano esto se comenta en casi todos los países ya que es más probable que los efectos de la invocación en esa fecha sean positivos y benignos.


Testimonios de la leyenda de Verónica

No se sabe de testimonios directos donde hayan visto este fantasma, aunque sí que existe la historia de una joven llamada María quien decidió invocar a Verónica junto a una amiga en el baño de su universidad.

No pasó nada por lo que María decidió olvidarlo y al día siguiente fue cuando comenzó su propia “pesadilla”, en mitad de la noche escuchó una voz que le susurraba algo al oído.

Asustada María no pudo dormir en toda la noche y al día siguiente tampoco explicó nada a sus compañeros de universidad. De repente en sus clases comenzó a sentirse mal por lo que fue al baño y al entrar se dió cuenta de que había bajado la temperatura. El espejo estaba empañado por lo que se acercó a limpiarlo y vio que tras ella, reflejada en el espejo, se encontraba una joven con la cabeza cubierta de sangre.


Al girarse vio que la joven ensangrentada no estaba, finalmente volvió a mirar al espejo y estaba escrito el mensaje “No debiste invitarme a volver”. María no pudo superar este hecho y fue encerrada en un psiquiátrico donde acabó suicidándose.


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