
Debido a las constantes erupciones del monte Fuji entre los
años 800 y 1083, este formo una capa de lava que cambio la geografía del lugar
dividiendo un lago cercano y cubriendo todo con lava, con el pasar de los años
sobre esta creció el bosque mientras las historias y los mitos de la época
comenzaban a aparecer.
Para darle a las historias del lugar el realce macabro, en
el siglo XIX las hambrunas y las epidemias asolaban a la población siendo los más
afectados las familias de bajos recursos, al no poder mantener a todos tomaban
la triste y cobarde decisión de dejar que los niños y los ancianos se vean por
si mismos ingresándolos al bosque abandonándolos a su suerte. Hubieron muchas
muertes en esos tiempos y según cuentan esto maldijo más al bosque de Aokigahara
llenándolos de Yuurei, una especie de fantasma que han muerto de una forma
anormal, o que no han tenido ceremonia funeraria e incluso si han cometido
suicidio, el espíritu vuelve como un Yuurei el cual atormenta a quienes creen
lo ofendieron en vida o perdiéndolos en el bosque si sienten que los seres
vivos que ven en interior carecen de iluminación.
Lo cierto es que cada año existen voluntarios locales que en
grupo ingresan al bosque para recuperar cadáveres de suicidas que ingresaron al
bosque buscando ese fin. La entrada al bosque no está prohibida e incluso
existen excursiones variadas donde se adentran en algunos casos temerosos de
perderse y como manera preventiva marcan su ruta con cinta adhesiva la cual se
pierde hasta 1 km dentro del bosque donde desaparece casi por completo la
presencia humana.
En este lugar es donde más gente se suicida de Japón e
incluso ocupa el segundo lugar en el mundo. Desde 1950 se empezaron a encontrar
hasta 500 cadáveres en distintas zonas, la causa principal en casi todas ellas
fue de suicidio y la edad promedio era de 30 años de edad al momento de la
muerte. Desde hay en la década de los 70s comenzaron a organizarse expediciones
dentro del bosque para recuperar los cadáveres de los suicidas, en la
actualidad se calcula que el promedio de suicidas al año es de 100 personas.
El gobierno ha optado por hacer público estos casos para
lograr hacer conciencia en la población e intentar detener este fenómeno e
incluso evitar el asociarlo con Aokigahara sin éxito, carteles, avisos y
notificaciones se han desplegado en diferentes idiomas a fin de que los posibles
suicidas sean conscientes e intenten buscar ayuda.
Para volver todo aún más misterioso al parecer la lava
arrastro grandes yacimientos de hierro magnético que afecta a las brújulas e
incluso al GPS haciendo que quienes estén en ese bosque no puedan guiarse por
esos mecanismos de orientación, muchos perdiéndose en el proceso.
Las imágenes que se muestran fueron encontradas en la red,
tienen sus propios autores y/o dueños, solo se han colocado como información y guía
del tema que estamos tratando.
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