
En la época colonial en la ciudad de Villavicencio en México
vivía una mujer nacida en una familia aristocrática, la cual estaba casada con
un hombre bueno y respetado por los ciudadanos, tenían además un lindo hijo
pequeño y a la vista en su conjunto todo era felicidad en ese núcleo familiar.
Sin embargo no era así ya que la mujer en cuestión estaba
siempre pendiente de las habladurías, cotilleos y rumores que se centraban en
ella y claro también su familia. Poseía un carácter celoso enfermizo al punto
de ser neurótico, por esta razón vigilaba constantemente a su marido quien a
pesar de demostrarle amor y respeto hacia a ella, brindarle sus atenciones,
comodidades así como un ambiente de felicidad, no era suficiente para calmar
sus dudas y celos que se desbordaban a la menor circunstancia.
Siempre estaba rondando los lugares donde su marido acudía,
indagando y buscando encontrar signos de traición paralelamente intentaba
evitar escuchar chismes que se refirieran a ella.
En ese constante predicamento vivía día a día sin embargo
llego a sus oídos un rumor que termino por llenar su tranquilidad aparente en
ira descontrolada la cual repercutió en toda su familia. Las chismosas del
pueblo comenzaron a contarse rumores que el marido mantenía relaciones infieles
con su propia madre, un rumor que termino por enloquecer a la esposa quien a
pesar de no haber encontrado ninguna prueba y sin atender razones decidió creer
lo que se comentaba en todo el pueblo.
No le intereso buscar la verdad del asunto y sin importarle
si la historia siquiera tendría algo de veracidad en algún punto espero la
noche cuando su marido dormía y con total frialdad lo degolló y lo descuartizo apoyándose
en sus celos que le ardían internamente. Su hijo también fue víctima de la
enloquecida mujer ya que fue asesinado por sus mismas manos.
Después abrigándose en la oscuridad de las calles llego a
casa de su madre quien al acudir al llamado de la hija fue apuñalada y
posteriormente incinerada en su propia casa según se dice para ocultar la forma
en que había sido asesinada.
Se cuenta que la madre mientras se desangraba y aun con las
pocas fuerzas que tenía mientras se le iba la vida en un momento de lucidez le
hablo para pedirle una explicación a este cobarde ataque, al saber el falso
motivo le aseguro que ella había cometido el más grande error y con ello el
peor pecado que era el matar. Por eso le dijo que estaría condenada de ahí para
adelante, su nombre seria entonces Sallana.
Desde ese entonces en los diferentes caminos de la zona, en
los llanos de la comarca y en las calles solitarias se dice que camina una
mujer vestida de negro, asustando a quienes se percatan de su presencia, en
especial a los borrachos madrugadores y claro a las chismosas de esos lugares.
Las victimas suelen llamar su atención cuando al parecer se percata que están muy
bebidas o han estado contando chismes, en el camino hacen contacto visual y al
acercarse abre sus ropas mostrando un cuerpo demacrado y un rostro espeluznante
lleno de muerte y desolación.
La Sallana se deja escuchar en las noches en los llanos,
cuando el viento sopla, mujeres que suelen ser muy criticonas o chismosas
suelen ser su objetivo intentando acercárseles hasta darles un susto de muerte
para así vengarse de alguna manera del recuerdo de las que en su momento
terminaron con su feliz vida por culpa del chisme y los celos.
Las imágenes que se muestran fueron encontradas en la red,
tienen sus propios autores y/o dueños, solo se han colocado como información y guía
del tema que estamos tratando.
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