
Un buen día los hombres decidieron celebrar por todo lo
alto, con grandes tambores. Tinajas de vino de palma, así se llenaron los
salones con bailes y festejos los cuales duraron varias semanas. Más de 200
tinajas de vino se terminaron y quien más bebió fue el mismo jefe de la tribu
dejando atrás al resto de asistentes.
Después de que acabaron las celebraciones, el jefe de la
tribu tenía como agenda ir a la zona de los monos a pesar que los efectos del
alcohol y la tremenda resaca que sufría le hacían caminar penosamente y hasta
las piernas le temblaban. Así con una mirada somnolienta pero aun con gran alegría
por las festividades se dirigió ahí, sin embargo los monos al ver el mal estado
del jefe de la tribu comenzaron a reírse de él y de su resaca. Primero el jefe
de la tribu lo tomo tranquilamente hasta que copado todos los limites se retiró
enfadado cuando considero que ya le habían faltado mucho el respeto.
El jefe de la tribu de los hombres dirigió sus quejas ante
el dios Nzamé por como lo trataron los monos y al parecer sus quejas fueron
escuchadas. El dios Nzamé mandó llamar al líder de los monos para escuchar lo
que tenía que decir, sin embargo este mantuvo la boca cerrada guardando
silencio como respuesta, el dios Nzamé le condeno a vivir por el resto de sus días
al servicio de los hombres para reparar la falta.
Sin embargo cuando los hombres requirieron del trabajo de
los monos, estos les dijeron que jamás le servirían así el jefe de la tribu de
los hombres pensó en un plan para poder castigar esta falta grave.
Una nueva celebración aconteció y varias tinajas de vino se
repartieron, sin embargo algunas ellas tenían narcóticos las cuales tenían una
marca distintiva para que los hombres no la bebieran por error. Al llegar los
monos comenzaron a bailar y a beber sin control hasta que los narcóticos hicieron
efecto y cayeron dormidos, los hombres rápidamente los maniataron.
Poco a poco diversos dolores hicieron despertar a los monos
quienes al estar conscientes se dieron cuenta que los apaleaban y azotaban, sin
éxito esquivaban los golpes y así a la fuerza fueron relegados a realizar las
peores tareas de la aldea.
Después de un tiempo denunciaron este mal trato y se
enfrentaron contra los hombres, sin embargo estos como respuesta decidieron
cortarles la lengua a cada uno. Al final los monos escaparon a lo más profundo
de la selva donde a falta del habla emiten chillidos, saltando y aullando como
cuando eran azotados en la antigüedad.
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tienen sus propios autores y/o dueños, solo se han colocado como información y guía
del tema que estamos tratando.
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