viernes, 7 de octubre de 2016

El Roble y el Pescador leyenda antigua

Esta es una leyenda antigua de Albania, que aún se relata en las reuniones y para los niños, como un reflejo del equilibrio que existe en la naturaleza, espero sea de su agrado.


Se cuenta que hace mucho tiempo en un pueblo que daba con el mar vivía un pescador llamado Eduardo, quien cada mañana partía diligente en busca de productos marinos para alimentar a su familia, sin embargo eran tiempos difíciles y la mala fortuna estaba acompañándolo en ese tiempo.

Así pasaron cerca de diez días donde el mar no le convido de su fauna, ante la desesperación no pudo quedarse a descansar y siguió su faena arduamente intentando encontrar cualquier alimento.

Todo esto fue observado desde la orilla por el rey Julián quien quedo conmovido por la historia del pescador y su mala suerte pues, los hijos de Eduardo le contaban lo que estaba ocurriendo y también del hambre que padecían, por este motivo se acercó a hablar con el pescador.

El rey le dijo que aquello que cayese en sus redes durante el día le sería pagado su peso en oro, el pescador animado por la pronunciación del rey Julián, partió rápido a iniciar una nueva pesca.

Sin embargo las horas pasaban mientras el arrojaba y recogía la red, cambiando de sitio, navegando más a los lados y volviendo a lanzar pero nada caía en la red. Él no podía llegar con las manos vacías pero el día estaba acabando. La suerte al parecer no estaba de su lado y al último intento de lanzar su red solo logro captar una hoja de roble que estaba flotando en el mar, algo que entristeció aún más a Eduardo.

Volvió a la orilla apesadumbrado y mientras ataba las cuerdas de su barca un amigo que se encontraba cerca lo saludo y comenzaron a hablar. Así Eduardo le conto de su mala suerte y que solo una pequeña hoja de roble fue lo único que sus redes atraparon. El amigo le dijo que el rey había dicho que cualquier cosa que atrapase podría ser pesado no solo peces, y le animo que se acercara al rey llevando esa hoja la única pesca del día.

El rey vio al pescador y con un gesto le dijo que se acercara y le contara sobre su día, pero al escuchar sobre lo que había pescado, se comenzó a reír alegando que esa hoja ni siquiera haría contrapeso en la balanza, aun así la coloco para que sea pesada.

Es aquí donde comienza la leyenda, pues para sorpresa de todos los asistentes la balanza tuvo un peso que resulto en 60 monedas de oro, las cuales fueron pagadas a Eduardo y con las que pudo atender las necesidades de su familia.

El rey Julián, maravillado por lo sucedido, pidió a Eduardo que le permitiera conservar la hoja para que los sabios del palacio la estudiasen, sin embargo nadie entre ellos pudo resolver el misterio de por qué una simple hoja de roble pesaba tanto.

Nadie supo que esa hoja de roble pertenecía a un pequeño roble que fue arrancado en la infancia de Eduardo por un labrador y que luego Eduardo lo sembró después en unas tierras sin dueño para que no muriera y de esta forma el roble había encontrado una manera de devolverle el favor por salvarle la vida.


Las imágenes que s e muestran, fueron encontradas en la red, tienen sus propios autores y/o dueños solo se han colocado como información y guía del tema que estamos tratando.
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