Se le
conoce como la princesa tirana a Ñusta Huillac (Ñusta= princesa), hija del último
gran sacerdote Inca Huillac Huma. Fue una muy bella y fiera guerrera la cual
lidero un grupo de rebeldes que se resistieron a la conquista española que con
un odio mortal no tenía piedad en cada encuentro con los invasores.
Su historia
se remonta al otoño de 1535 cuando su padre, ella y su comitiva fueron
capturados y llevados por Diego de Almagro. En un momento en que se organizó un
escape, ella junto con su padre y varios de sus guerreros escaparon a la pampa
del Tamarugal refugiándose en los bosques de tamarugos.
Ahí fue
donde ella lidero un grupo de rebelde que tenían por objetivo reestablecer el
poder Inca en su nación invadida. Sus enfrentamientos y crueldad para con los
españoles fue tal que la apodaron la “Tirana del tamarugal.”
La Tirana
organizo varios enfrentamientos, siempre buscaba blancos que atacar, en eso un
expedicionario portugués llamado Vasco de Almeida perdió su ruta de Huantajaya
donde explotaba la mítica mina del sol. Con sus sentimientos de odio encendidos
contra los españoles condeno que todos los capturados murieran, sin embargo al
conocer al apuesto Vasco de Almeida quedo perdidamente enamorada de él, lo cual
afecto su juicio e invento la forma de abogar por su vida, fue según dicen el
comienzo de su ruina.
Tuvieron un
romance clandestino en la pampa del Tamarugal, sin embargo esto no podía durar
mucho tiempo, en sus conversaciones, Almeida le conto sobre su religión y de
como ellos creían en la vida más allá de la muerte, así convenció a la Ñusta para
que fuera bautizada para así tras su muerte, renacer en el mas allá y retomar
su relación por siempre. Esta conversión fue tomada a mal por sus guerreros y súbditos
y posteriormente descubrieron su relación considerando una alta traición. Ambos
murieron por varias flechas mientras trataban de huir, en su lugar de muerte se
erigió una cruz que marcaba su último lugar bajo la religión cristiana.
Toda la
localidad recibió el nombre de localidad de la Tirana y en 1540 cuando el
misionero Antonio Rendón pasaba por el pueblo, encontró entre las ramas la cruz
de madera. Se enteró de los sucesos y ordeno construir una iglesia dedicada a “nuestra
señora del Carmen de La Tirana” en honor a una historia de amor de la que se
prendo.
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1 comentarios:
gracias me gusto mucho y me sirvio
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