martes, 15 de noviembre de 2016

Morrigan la diosa de la guerra

En la mitología celta existe una diosa que es la encargada de repartir muerte y destrucción, su nombre es Morrigan, aunque algunos la reconocen como Morrigu, siempre está presente en todas las guerras ya sea observando de lejos o de cerca como cuervo o corneja, su presencia hace que en los soldados se despierte la ira y el coraje para combatir a sus enemigos. Veamos más de esta oscura entidad celta.


Su nombre significa Gran reina o Reina espectral, aunque en algunos lugares han traducido su nombre a Carrie o Carrigan, es la diosa de la guerra y por lo tanto también se la asocia con la muerte; aunque en algunas versiones también la asocian con la muerte que da paso a una nueva vida, una luz, al amor y al deseo sexual, en el universo celta la vida y la muerte están muy unidas.

Anteriormente se decía que Morrigan era una doncella, una madre y una viuda, que junto a sus tres hermanas formaban una triada, aunque también decía que ella misma era tres mujeres en una, su linaje pertenece a los antiguos irlandeses, criaturas mágicas perteneciente a los  Tuatha Dé Danann las primeras criaturas que vivieron en esas tierras.

Los que la vieron contaron que es una mujer a veces con armaduras a veces con armas y su presencia normalmente no es buen presagio ya que ella en si es el símbolo primigenio del presagio de la muerte, incluso existe un relato que la dibuja de pies a cabeza, veamos cual es:

Muy cerca de donde una cruenta batalla estaba tiendo lugar, un grupo de guerreros vieron una aparición, paralizados vieron la presencia de una figura femenina muy delgada los miraba con ojos llenos de furia. Un cabello gris revuelto y un gesto salvaje era una extraña combinación a la vista, sumado a sus pies descalzos embarrados en sangre. Varios cuerpos a sus pies formaban un túmulo o una pequeña elevación, viéndose en su mayoría despedazados, desfigurados y en su totalidad inertes, guerreros que ya no tenían ni una gota de vida.


En un momento la mujer sin decir palabra profirió una carcajada tan escalofriante que todos los hombres presentes se consumieron de pánico sin poder evitarlo por el horrible espectáculo que era toda esa imagen. La mujer levanto la mano y comenzó a señalarlos uno por uno hasta que todos fueron apuntados.

Uno de los guerreros logro juntar el valor suficiente y en un momento casi sobrehumano consiguió articular palabra preguntando en una voz casi inaudible “¿Quién eres?”



Mi nombre es Morrigan – contesto – soy la diosa de la guerra. A veces como mujer, otra como cuervo, otra como corneja, voy a través de los ríos de esta tierra limpiando el mal que los hombres dejan a su paso…

¿Has matado tú a esos hombres que están bajo tus pies? – volvió a preguntar el guerrero después de un momento de silencio.

No, no he llegado a tocarlos – contesto la entidad fantasmal – Míralos bien de nuevo, ¿no los reconoces? Son los que están tras de ti acompañándote y así como los ves estarán esta misma noche. Yo solo me acerco a ellos para limpiar la sangre que sale de sus cuerpos.

El guerrero al escuchar estas palabras fijo su mirada en el montón de muertos que estaban a sus pies y reconoció a algunos de sus compañeros que estaban con él. Pero eso no fue lo peor, pues el horror se apodero del guerrero cuando se dio cuenta que entre las manos de la diosa vio su propio rostro en una cabeza que había sido decapitada, conociendo de esta forma tan horrible el destino que le aguardaba en unas horas.

Vídeo narrado.

Las imágenes que se muestran fueron encontradas en la red, tienen sus propios autores y/o dueños, solo se han colocado como información y guía del tema que estamos tratando.
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