
Su nombre significa Gran reina o
Reina espectral, aunque en algunos lugares han traducido su nombre a Carrie o
Carrigan, es la diosa de la guerra y por lo tanto también se la asocia con la
muerte; aunque en algunas versiones también la asocian con la muerte que da
paso a una nueva vida, una luz, al amor y al deseo sexual, en el universo celta
la vida y la muerte están muy unidas.
Anteriormente se decía que Morrigan
era una doncella, una madre y una viuda, que junto a sus tres hermanas formaban
una triada, aunque también decía que ella misma era tres mujeres en una, su
linaje pertenece a los antiguos irlandeses, criaturas mágicas perteneciente a
los Tuatha Dé Danann las primeras
criaturas que vivieron en esas tierras.
Los que la vieron contaron que es
una mujer a veces con armaduras a veces con armas y su presencia normalmente no
es buen presagio ya que ella en si es el símbolo primigenio del presagio de la
muerte, incluso existe un relato que la dibuja de pies a cabeza, veamos cual
es:
Muy cerca de donde una cruenta
batalla estaba tiendo lugar, un grupo de guerreros vieron una aparición,
paralizados vieron la presencia de una figura femenina muy delgada los miraba
con ojos llenos de furia. Un cabello gris revuelto y un gesto salvaje era una
extraña combinación a la vista, sumado a sus pies descalzos embarrados en
sangre. Varios cuerpos a sus pies formaban un túmulo o una pequeña elevación, viéndose
en su mayoría despedazados, desfigurados y en su totalidad inertes, guerreros
que ya no tenían ni una gota de vida.
En un momento la mujer sin decir
palabra profirió una carcajada tan escalofriante que todos los hombres
presentes se consumieron de pánico sin poder evitarlo por el horrible espectáculo
que era toda esa imagen. La mujer levanto la mano y comenzó a señalarlos uno
por uno hasta que todos fueron apuntados.
Uno de los guerreros logro juntar
el valor suficiente y en un momento casi sobrehumano consiguió articular
palabra preguntando en una voz casi inaudible “¿Quién eres?”
Mi nombre es Morrigan – contesto –
soy la diosa de la guerra. A veces como mujer, otra como cuervo, otra como
corneja, voy a través de los ríos de esta tierra limpiando el mal que los
hombres dejan a su paso…
¿Has matado tú a esos hombres que están
bajo tus pies? – volvió a preguntar el guerrero después de un momento de
silencio.
No, no he llegado a tocarlos –
contesto la entidad fantasmal – Míralos bien de nuevo, ¿no los reconoces? Son
los que están tras de ti acompañándote y así como los ves estarán esta misma
noche. Yo solo me acerco a ellos para limpiar la sangre que sale de sus
cuerpos.
El guerrero al escuchar estas
palabras fijo su mirada en el montón de muertos que estaban a sus pies y reconoció
a algunos de sus compañeros que estaban con él. Pero eso no fue lo peor, pues
el horror se apodero del guerrero cuando se dio cuenta que entre las manos de
la diosa vio su propio rostro en una cabeza que había sido decapitada, conociendo
de esta forma tan horrible el destino que le aguardaba en unas horas.
Vídeo narrado.
Las imágenes que se muestran fueron
encontradas en la red, tienen sus propios autores y/o dueños, solo se han
colocado como información y guía del tema que estamos tratando.
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