sábado, 28 de enero de 2017

Nacimiento del dios Tsla, leyenda de los Piros

Esta es una leyenda de la tribu de los Piros, en la selva amazónica del Perú sobre el origen de una deidad de estar tribu y sobre una misión para mantener la seguridad de la zona que no se pudo concretar, pero veamos más de esta leyenda antigua.



Se cuenta que hace mucho tiempo vivía una mujer pira llamada Yakonero la cual tenía propiedades mágicas con las que se podía transformar en tigre o permanecer con forma humana según sus caprichos y conveniencia. Prácticamente toda su juventud la paso en el país de los tigres incluso estuvo viviendo con una gran tigre como acompañante siendo reconocida como una felina más entre ellos.

De la unión con este tigre tuvo 20 crías felinas, estaba tan involucrada en este grupo que cuando salían de caza ella era una delas más encarnizada y fiera. Una de esas cacerías fue en un caserío de piros, el cual ella misma lo organizo y mientras cazaban ella buscaba un joven que pudiera usar como compañero. En esta avanzada ordeno que todas las mujeres fueran eliminadas sin distinción pero sin embargo todos los hombres fueron agrupados para ser inspeccionados por ella personalmente, los que eran rechazados eran entregados a las garras de los demás tigres.

En este grupo hubo un joven que le llamo la atención, agraciado y que despertó sus deseos, por eso lo cubrió con una piel de tigre para que los demás no lo tocaran, los demás fueron devorados en su totalidad.

Todos los tigres volvieron a la selva, pero Yakonero se retrasó, poco a poco fue alejándose hasta separarse del resto y se planeó quedarse en la tierra de los hombres para convivir con su nueva pareja, el joven que sería su marido. Así se escondieron en la oscuridad de la noche y se dirigieron al nuevo caserío de los piros en donde se disponían comenzar de nuevo.

Sin embargo Yakonero se dio cuenta que había perdido sus pulseras así como sus hermosas chaquiras de sus brazos y piernas al parecer en el encuentro con el primer caserío. Su marido se entera de lo que le pasaba y le dice “vete a buscarlas”.
Regreso ella sola al antiguo caserio donde antes habían atacado, en ese momento ella ya estaba embarazada de quien serie Tsla y dos Muichkagite. En el viaje Tsla le decía “mama, dame esa flor que despide tan fragante olor”. Yakonero tomo la flor que crecía al lado del camino y la acerco a su vientre, Tsla absorbía y la flor entraba, asi Tsla varias veces pidió flores y su madre accedía. Los otros hermanos también pedían y Yakonero les daba, su viaje nocturno le parecía ameno ya que tenía este tipo de comunicación con sus hijos.

Sin embargo en una flor estuvo una hormiga isula que le pico en la mano produciéndole dolores fuertes y hasta fiebre, por este motivo Yakonero tuvo un momento de cólera para con sus hijos y hasta se golpeó ella misma el vientre, los hermanos se sintieron heridos y lloraron por las palabras de su madre que incluso decía que quería dejarlos abandonados en el monte. Mientras amanecía Yakonero vio sobre sus pasos y vio dos caminos que se unían, uno el que le llevaba a su casa y el otro a los tigres mas no pudo saber a ciencia cierta cuál era cual, pero marco con una cola de guacamayo la que creía que llevaba a su casa y con una pluma de paucar la que llevaba a los tigres, sin embargo aún se sentía confundida ya que en ambos habían huellas de personas que se confundían con las suyas propias.

Por este motivo consulto con su hijo Tsla, ya que ella ya sabía que él era Hoyakali o un dios poderoso, sin embargo Tsla estaba molesto por el enfado de su madre así que intencionadamente le dio los datos cambiados y por este motivo marco al revés los caminos.

Yakonero llego al caserío diezmado y encontró sus chaquiras, inmediatamente volvió en dirección a su marido que aun esperaba su regreso, pero en la bifurcación tomo el camino de los tigres por la mala indicación de la pluma marcada, anduvo varias horas y no veía a su esposo esperándola, sin sospecharlo poco a poco entraba en la zona de los tigres y ahí vio a su antigua suegra la madre del gran tigre que antes fuera su compañero, los tigres no se encontraban, habían ido al monte a cazar por este motivo Yakonero subió a las vigas de la casa y allí espero.

Comenzaron a llegar los tigres, y casi en instante olieron el aire diciendo “Aquí huele a Yakonero”, la nuera dice “no está aquí Yakonero”, pronto vienen más tigres y todos huelen el olor de Yakonero. Por fin llego el marido de la vieja y efectivamente la huele en el ambiente. Sin embargo todos ponen la atención en las presas que habían cazado, sachavacas, monos, tortugas, etc. Así la vieja les preparo las raciones y se sentaron a comer.

Mientras los tigres comían Yakonero escupía sobre las cabezas de los tigres, varias veces ellos dijeron “quien escupe?”, la vieja les decía que era seguro el alacrán, pero por un buen tiempo esto se repitió, la vieja viendo a donde se dirigía esto dijo “si viniera Yakonero, mi nuera, no la devoréis”, los tigres prometieron que no lo harían, por fin ya cansados de los escupitajos, el tigre ordeno que uno subiera y este al subir grita “aquí esta Yakonero”.

Los tigres salen de la casa diciendo “la olimos, yakonero esta aquí”, pero la vieja les dice “no la comáis porque ella me ayudara a atraer leña y agua para cocinar vuestras comidas”, por eso prometieron perdonarle la vida.

La vieja buscaba piojos y demás entre el pelaje de sus  hijos y nietos, después se los daba a Yakonero para que los mastique pero en su mano se convertían en pedacitos de carbón y al masticar sentía el carbón en su boca. El ultimo tigre al cual le sacaron los piojos fue el que era el compañero de Yakonero, y la vieja encontró en él un piojo grande y gordo, cuando Yakonero lo mastico ella vomitó y salió parte de su estómago, por eso el tigre dijo “Yakonero no me quiere porque vomita mis piojos”.

Al oir esto los tigres se abalanzaron sobre Yakonero devorándola, pero la vieja se lanzo sobre las vísceras donde estaba la matriz, abrió esta y saco a tres hijos, Tsla pequeñito que es la cria de manacaraco y los dos Muichkagite, mas grandes que eran las crías de pucacunga.

En el término de una semana los niños se vuelven grandes convirtiéndose en personas, le dicen a la vieja “mama, tenemos hambre”, la mujer les da comida y chapo una bebida hecha de plátanos. Así paso cerca de un año pero sin embargo estos ya eran caso hombres adultos, sienten que pueden vivir independientes y así hacen sus chacras, la siembran con yuca, plátano, camote, caña, etc.

Tsla era un dios, un mago, un creador, un inventor, se preguntaban a menudo y ahora que hacemos, finalmente entendieron que todos querían vengar la muerte de su madre, Tsla tuvo la idea de hacer una correntada en el rio para ahogar a todos los tigres, por ello sacaron del monte ponas y las prendieron en el rio cerrando el cauce. Las aguas se rebalsaron y saltaron sobre las ponas cayendo sobre ellas como una gran catarata y de ahí seguía su rumbo, estas ponas en el fondo acomodaron las más afiladas en punta disimuladas en el alboroto del agua que caía sobre ellas.

Llamaron a los tigres para mostrarles el divertido trampolín que habían armado para divertirse en el rio. Tsla se tiró y salió nadando también los otros dos hermanos, los tigres viendo lo divertido de este juego también quisieron participar, casi todos se tiraron al agua a un tiempo pero ninguno salió, atravesados por las ponas que los esperaba en el fondo. Solo una hembra tigre no quiso lanzarse sospechando que algo tramaban, los hermanos quisieron obligarla pero ella corrió hacia el monte, se escondió en el hueco de un árbol y al querer capturar su cola esta huyo por el otro lado.

Esta tigre huyo pues la dejaron irse, sin embargo estaba preñada y debido a esto volvieron después a propagarse los tigres que pretendían exterminar en esta parte de la selva, un propósito que los hermanos siguieron pero sin conseguirlo.


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