
Todos sabemos que el año tiene 365 días, pero esto no es tan
cierto, pues en realidad cada año tiene 365 días, 5 horas y 48 minutos motivo
por el cual hace que la contabilidad de los días sume un nuevo día cada cuatro
años, por este motivo los años bisiestos tienen 366 días, uno más de lo normal
para cuadrar las horas extras no contabilizadas de un año normal.
El término de este año especial viene del latín “bis sextus diez
ante calendas martii” que quiere decir sexto día antes del mes de marzo, un día
extra que era intercalado entre el 23 y 24 de febrero por orden de Julio Cesar
y su calendario juliano. En este calendario el 24 de febrero era el sexto día
antes de las calendas es decir el primer día del mes de marzo. Roma no contaban
los días del 1 al 31 sino que tomaba tres fechas de referencia: calendas, nonas
e idus.
Para el conteo se incluía el día de referencia es decir en
este caso el 1 de marzo, cuando apareció el calendario gregoriano creado por el
papa Gregorio XIII y el cual se usa hasta nuestros días, este día se colocó al
final del mes de febrero pasando de tener 29 días en vez de 28.
Pero como llego Roma a obtener el conocimiento de este tipo
de contabilidad del año viene del antiguo Egipto, pues allá por el año 49 a.c.
cuando Julio cesar llego a Egipto encontró que este poseía un excelente
calendario en comparación al calendario romano que estaba lleno de desfases y
por ende era mucho más impreciso.
Entonces fue delegado Sosígenes de Alejandría un astrónomo, matemático
y filósofo la tarea de crear un calendario para Roma, llegando así a crear el
calendario juliano. Sin embargo el calendario romano que ya existía y estaba
lleno de desfases requería cierta compensación pues a pesar que el calendario
creado tenía 365 días y una jornada adicional cada cuatro años para compensar
el tiempo extra no sincrónica de la tierra con
el sol, este debería empezar de cero y es así que ese año fue el más
largo de la historia con 445 días de duración que fueron programados para
compensar y después iniciar de cero. Ese año pasó a la historia como el año de
la confusión.
Los egipcios que para entonces estaban adelantados en el
estudio de los astros sabían que la salida de Sothis estrella que ahora conocemos
como Sirius, se retrasaba un día cada cuatro años dando inicio a un año nuevo.
Aun así 200 años antes en el concilio de Cánope cuando los egipcios pudieron
hacer la reforma, estos no la hicieron debido a pugnas entre las clases
sacerdotales y la clase política. Sin embargo este calendario fue oficial en
Roma en los siguientes siglos pero se advirtió en el concilio de Nicea que había
un error de Sosígenes, pero este no se corrigió hasta 1582 cuando se adoptó después
el calendario Gregoriano.
A los nacidos el 29 de febrero se les conoce como los
bisiestos, una denominación que recae en personas como el ciclista Rubén Plaza
o el papa Pablo III y que según los investigadores nacer en un día 29 de
febrero tiene una probabilidad de 1 entre 1461, para pensar.
Las imágenes que se muestran fueron encontradas en la red,
tienen sus propios autores y/o dueños, solo se han colocado como información y guía
del tema que estamos tratando.
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