Ocurrió hace muchos años en un pueblito al cual lo llaman
Tinkok ubicado en el lugar donde se unen los ríos de Chaclas y Pucará, una
leyenda que dio origen a la festividad de Sapallanga y que les contamos a continuación.
Aquí en una zona alejada iba a llevar su rebaño un
pastorcito, pero da con la sorpresa que en un momento y cada vez que iba
siempre veía dos esbeltas señoras de bello faz y porte gentil que caminaban al
borde del manantial que surge en este lugar, así pues algunas veces caminaban y
otras las veía lavando algunas de sus prendas.
El pastorcillo hasta ese momento nunca no podía explicar la
presencia de estas damas en un lugar tan aislado y por fin un día resolvió contárselo
a sus padres. Estos escucharon con sorpresa y accedieron ir al lugar de manantial
para constatar la veracidad de la historia, pues no era raro que dudaran de
ella, sin embargo pudieron constatar con sus propios ojos la presencia de estas
señoras en ese lugar las cuales desaparecían como por encanto después de unos
momentos.
Los padres del pastor asustados por el extraño suceso, se
dirigieron al pueblo de Sapallanga donde corrieron la voz a cuanta persona se
encontraban hasta que dieron con el cura Taita relatándole todo.
Todo el pueblo se activó y acudió en masa al sitio de las
misteriosas apariciones y a cierta distancia pudieron ver que efectivamente había
un par de damas que después de un momento desaparecían sin más. La gente se acercó
al lugar mismo de la aparición y comenzaron a escudriñar el lugar encontrando
una especie de gruta y en ella la imagen de la virgen de Cocharcas la cual
trataron de mover sin poder lograrlo.
Fueron en busca del cura a quienes le contaron lo ocurrido,
este fue convenientemente revestido junto con el pueblo que mientras más se
sumaban, comparsas de músicos y bailarines dejaban oir su alegría, sin embargo también
en esta ocasión los esfuerzos por llevarse la imagen también fracasaron a pesar
de que el cura llevo con la mayor veneración la Cruz Alta.
En un último intento apelaron a los pequeños bailarines a
los cuales llamaban “Cara – chaquis” y mira ve que estos sin ningún esfuerzo
levantaron la imagen con asombrosa facilidad conduciéndola al pueblo y colocándola
en uno de los altares de la iglesia. Es así que desde entonces, en la fiesta
que se realiza en honor a la imagen también tiene una participación especial
los llamados “Cara – chaquis”.
Las imágenes que se muestran fueron encontradas
en la red, tienen sus propios autores y/o dueños, solo fue colocada como
información y guía del tema que estamos tratando.
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