
El origen de este espíritu no está claro pues entre sus
versiones se baraja el mito de que pudo nacer de la muerte de varios monjes
ahogados por antiguos aldeanos furiosos con ellos los cuales fueron arrojados
al mar, estos al tener una muerte trágica en conjunto unieron sus espíritus transformándose
en un solo ente.
Sin embargo otro origen también se escucha, pues dicen que
Umibozu es un antiguo monstruo marino que vive desde siempre en las
profundidades del mar interior de Seto, a él le atribuyen ser el engendrador de
una gran variedad de espíritus acuáticos así como tener el poder de crear
fuertes tormentas y corrientes marinas.
Al parecer esta criatura aunque es solitaria también se
menciona que pueden existir varias de esta misma especie pues este mito está
asociado a otra tradición japonesa que refiere que las personas que mueren sin
tener a nadie que cuide de erigir sus tumbas o cuide de sus almas entonces
estas se refugiaran en el mar formando así a un Umibozu.
Umibozu está asociado a los tsunamis y maremotos por eso los
pescadores japoneses tienen la costumbre de ofrecer la primera pesca del día a
este espíritu, que normalmente esta mar adentro.
Si alguien se topa con él o con su gran cabeza oscura que
sobresale en el mar en las noches tranquilas, es suficiente mantener silencio y
no mirarle, pues se dice que puede que este meditando u orando, pero hay de
aquel que le dirige la palabra haciéndole enfurecer, pues de un golpe puede
hacer zozobrar al barco o hundirlo poco a poco según el tamaño.
Pues entre sus historias que se tiene de Umibozu es que si
llaman su atención él les pide un barril a la tripulación la cual llena de agua
de mar y poco a poco va tirándoles agua de mar hasta que termina ahogando a
todo en el barco. Para evitar este trágico suceso es necesario darle un barril
sin fondo.
En otra historia un barco se encontró en una gran tormenta
que salió de la nada, cuando el capitán se dio cuenta que era Umibozu quien la
ocasionaba decidió saber el porqué del enfado, así que reviso a la tripulación y
descubrió que alguien había subido a una mujer sin consentimiento.
Lo único que pudieron hacer fue echarla por la borda acto
que termino calmando al Yokai y al clima pues este volvió casi de inmediato a
la normalidad, la ira de Umibozu fue calmada por la ofrenda de la mujer.
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del tema que estamos tratando.
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